Trompicones

Me deslizo rodeado de almas sin destino, sin brillo, que actúan sin querer tan siquiera avanzar, que son capaces de lanzar preguntas en blanco, perpetuamente aburridos. Tiempo que llenan a trompicones, por favor señor, sea discreto y usted señora, pues discreta. Salir al exterior en busca de un estímulo que me demuestre que estoy vivo en el silencio roto tan sólo por ruido mecánico. Pasan las hojas, corren los ojos y no avanzan las horas. Manos arriba, esto es un atraco y si te cansas, pues las apoyas en tu cabecita estropeada por unas tintas rubias -quemado reflejo de tu cerebro-. Mirada inquieta más que perdida, se te olvida qué hora es y tras un segundo vuelves a mirar cara a cara al tiempo para despertarte un poco más de tu existencia. ¿Te salvo? ¿Nos salvamos?

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